Sudor / inhibición de las glándulas sudoríparas

La transpiración y el sudor sin duda cumplen funciones importantes

Cuando se produce una transpiración muy intensa sin motivo

¿Cómo funcionan realmente nuestras glándulas sudoríparas? O formulado de otra manera: ¿es posible inhibir o impedir el sudor, para que no se produzca en otro lugar aún más incómodo?

La transpiración es una función natural del cuerpo necesaria para bajar la temperatura corporal y eliminar el exceso de calor.

Ahora bien, el sudor también puede aparecer como una reacción del cuerpo ante determinados factores ambientales, entre los que se cuenta principalmente el estrés, o mejor dicho, distrés, estrés simultáneo procedente de diversas direcciones.

Sin embargo, la sudoración excesiva, denominada hiperhidrosis, puede convertirse para algunas personas en un problema estético que puede afectar su autoestima.

La hiperhidrosis puede aparecer en diferentes partes del cuerpo, tales como las axilas, las manos, los pies, la cara y otras zonas.

¿Existe una solución óptima para la transpiración y las glándulas sudoríparas?

Sudor – actuar sobre las glándulas sudoríparas

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Hiperhidrosis o hiperactividad de las glándulas sudoríparas ⇔ transpiración a causa del distrés

Cuando el cuerpo se encuentra en tensión permanente, se produce un estrés negativo llamado distrés. Las personas pueden hacerle frente al simple estrés. Por el contrario, si se acumulan los factores del estrés, se convierte en un conjunto de problemas que deja de ser fácil de esconder. Las personas reaccionan con un aumento de la transpiración. Las glándulas sudoríparas se activan, por ejemplo para tener mejor la lanza y para crear más fricción que no se da en la piel demasiado seca. Así nuestros antepasados podían tirar mejor y más lejos. Sin embargo, si se transpira en exceso, la lanza más bien resbalará. Por este motivo las personas en realidad son bastante relajadas y sólo bajo condiciones de estrés normal comienzan a sudar ligeramente. Si los factores del estrés se multiplican y acumulan, entonces con cada nuevo problema se sudará un poco más que antes. No es de sorprender que la transpiración termine siendo desagradable y que las personas se sientan mal. El término distrés se refiere a emociones negativas o bien a un sentimiento de sufrimiento y malestar, causados por diversas circunstancias. Puede deberse a una reacción ante una situación difícil, como por ejemplo una enfermedad, una crisis de pareja, la pérdida de un trabajo o dificultades económicas. El distrés también puede ser una reacción a algún evento traumático, como accidentes, catástrofes naturales o actos de violencia. El distrés puede provocar diversos síntomas físicos y psíquicos, como por ejemplo sudoración, ansiedad, depresión, insomnio, dolor de cabeza, sensibilidad al ruido, tensión muscular, aumento de la presión arterial y problemas digestivos. Si el distrés persiste o empeora, puede provocar graves problemas de salud e interferir en la vida cotidiana. Si sumamos todos estos síntomas, no es de extrañar que puedan intensificar el cuadro clínico de la hiperhidrosis.

Salir de la trampa de la sudoración y del distrés

Existen diversos métodos para enfrentar el estrés negativo, como por ejemplo prácticas de relajación, meditación, terapias cognitivo-conductuales, actividad física, apoyo social y medicamentos. El apoyo de amigos, familiares o terapeutas puede ser una importante ayuda para encontrar las estrategias adecuadas y hacerle frente al problema. No todas las formas de estrés o malestar indican automáticamente distrés. También hay formas positivas de estrés, denominado eustrés, que pueden contribuir a motivarnos y a aumentar nuestro rendimiento. Sin embargo, es importante conocer los límites del propio estrés y encontrar estrategias adecuadas para hacerle frente y evitar el distrés. El objetivo es, naturalmente, un futuro libre de transpiración y la reducción de los malos pensamientos.
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